Ser un cisne no era tan agradable nunca. Si alguien podía saber eso con exactitud era Odette. Rothbart no tenía piedad en cuanto a hechizos y transformaciones hacía. Odette suspiró. La noche estaba cerca. Y ella aún era cisne.
¿Encontraría algún día la solución?
Esperaba sinceramente que así fuera.
Con la llegada de la noche un grito desgarrador rompió el silencio. Y donde antes había patas de cisne ahora las sustituían piernas de mujer. Rojas, hinchadas, heridas y sangrantes. Pero aún no finalizada, la escena fue reemplazada por un tórax de cisne desplazándose poco a poco, para tomar forma humana. Dos pechos medianos fueron tomando forma mientras una casi agonizante muchacha-cisne gemía desesperada mientras las hermosas alas de cisne eran re acomodadas y transformadas en finos brazos humanos, que al igual que el tronco y piernas permanecían rojos, hinchados y heridos. Había sangre y plumas por todos lados.
Mareada, Odette rezó porque la transformación terminase pronto mientras huesos, músculos, órganos y piel retomaban su lugar original. Con lentitud el cuello de cisne dio paso a la columna vertebral humana acomodándose vertebra por vertebra en su dolorida espalda.
El largo cuello del cisne fue encogiéndose y al tiempo que dejaba ver un fino y humano cuello una gloriosa melena cubrió su rostro evitando a un posible espectador presenciar la parte quizá más dolorosa de todas.
Desnuda como estaba, Odette quedo tendida en el suelo. Luchando por respirar. Intentando controlar el dolor que aún sentía. Noche tras noche, para toda la eternidad. Al menos así sería si no encontraba pronto la solución. A su alrededor más doncellas cisne llegaron. Y mientras ellas manejaban la dolorosa transformación, Odette se arrastró lago adentro, intentando calmar sus heridas.
¿Le encontraría algún día? De corazón, esperaba, que así fuera.
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Bueno, primero. Me disculpo. Tuve cosas que hacer por lo que no pude subir nada en estos días. Segundo, se me ocurrió que quizá las transformaciones no son lo que pinta Disney, bonitos colores un poco de agua por aquí y allá y voila! Transformada. Y aparentemente, lo mismo hacen en todas las historias de lago de los cisnes. Por no mencionar que en ballet, no se pondría algo así. Bueno, allí tienen. Los que se hallan roto algún hueso seguro que entienden lo doloroso que podría ser la transformación completa. Y los que no... bueno, espero que no requieran de romperse huesos para imaginarlo. Ya saben, la historia me pertenece. Registrada y mía. No copien. Saludos.

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