Mi nombre es
Cassie. Cassie Moira. Me hicieron prometer que no diría nada, pero las cosas van más allá de mi
alcance en estos momentos y he decidido romper mi promesa. Esto, por supuesto
solo ha sido bajo causa de posible muerte.
Son tantas cosas las que quisiera decir y ni si quiera sé
por dónde empezar. Pero bueno, empecemos por mi nombre. Cassandra, como la
visionaria de Troya y Moira como las que ejecutan el destino. No existe un nombre
más poderoso que este. Partiendo de mi
nombre se podrían encontrar al menos 469, 000 resultados en Google. Ninguno de
ellos soy yo. Quizá sea una de las pocas o la única persona que no usa ningún
tipo de tecnología personal. Evito así que me rastreen. Moviéndome
constantemente a través de todo el globo. Yo, no soy lo que llamarían humana.
Pero si quisieran distinguirme de entre ellos, probablemente lo tendrían
difícil. Lo que soy probablemente sea más fácil explicarlo en números y no en
palabras y con un brazalete de plata con GPS y ritmo cardiaco insertado en mi
muñeca izquierda.
Nombre: Cassie Moira Darkbloom
Tipo de sangre: A+
Sector: 1
Rango: 6
Grupo: Físico-Mental
No. de Poderes: 13
Cuando tenía trece años logré escapar de aquel lugar. Soy un
arma del gobierno. Nos utilizan para hacer cosas que ellos no pueden. Nos
tienen miedo, por eso nos mantienen drogados la mayor parte del tiempo. La
única razón por la que pude escapar fue gracias a uno de mis múltiples poderes.
Sobrepuse mis poderes a la dosis. Puede que ahora tenga veintiuno, pero eso no
significa que no me sigan buscando. Sin embargo, no es mi historia la que
quiero contar. Sino la de ellos. Se hacen llamar DPI o Divisiones de Investigaciones
Paranormales. Claro que según algunas películas son mejor conocidas como
Divisiones, Organizaciones entre otros nombres. Utilizan múltiples. No son
ciencia ficción, por desgracia. Es mejor que ellos no sepan que existimos. Sí.
Pero ya saben que existimos. Por eso, quien quiera que tenga un poder, el que
sea, aléjese de cualquier tipo de foro, tome las debidas precauciones y
desaparezca del mapa. O cuando menos no se ponga a contar a los cuatro vientos
esto. No haga lo que yo he hecho. Y si yo lo he hecho no ha sido por gusto. De
cualquier modo, ellos ya saben quién soy yo. Esto no se trata de mí, como dije
en un principio. Se trata de ellos. Porque ellos están allí. Cerca. Observando,
acechando… cazando. Y por desgracia, sé que están por atraparme.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario