viernes, 30 de mayo de 2014
Dos partes de algo.
Mientras caminaba lentamente por el jardín lleno de hojas secas sentí inquietud. Sin embargo, algo me animaba a continuar.
Sin poder ver su rostro del todo, me extendió su mano. Haciendo el amago de tomarla, miré hacia sus manos. Y una luz me cegó. Sin pensármelo dos veces comencé a correr. Y cuando me vi a mi misma, no podía parar de correr en medio de la noche. Sorprendida paré un momento al observar como el día se había transformado. Seguí corriendo entre la neblina pero el vestido me lo impedía lo suficiente, atascándose entre las ramas y espinas del bosque. Sin preocuparme por mis heridas o si dolían o no, seguí corriendo. Y corrí así mismo, como si fuera una carrera por mi vida. Sabía que tenía que llegar al muro. La sangre no me molestaba, pero comenzaba a debilitarme... asustada, yo no visualizaba aún el muro, pero sabía que estaba cerca. Malditamente cerca de alcanzarlo... si tan solo pudiera...
Si llegara al muro, todo estaría bien. Y entonces, lo vi. El muro. Pero antes de poder llegar a ningún lado, unas manos me atraparon. Y todo se volvió negro. Lo único que podía, era sentir como ahora, me ahogaba. Moría.
Grité. Y luchando con todas mis fuerzas, logré salir del sueño. Tendida en mi cama, el sudor me recorría. Asustada abrí y cerré mis ojos con fuerza. Ya no estaba allí. Podía saberlo. Sentirlo. Y sin embargo, el tiempo se me acababa. Estaba maldita. Y solo quedaban meses para mi muerte. Temblando, asustada, me metí de nuevo en la cama. No volvería a dormir de nuevo esta noche. El miedo no me dejaría.
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Pues bien, esta historia sigue siendo de Cassie. Solo que ella no está sola del todo. Como vieron en la parte en que ella soñaba con Mauro, ella tiene ese poder de ver el futuro a través de los sueños. Cada uno de sus sueños se cumple si ella no interviene. Y como ella tiene problemas con sus propios sueños, porque vamos, ella no es una súper-poderosa persona que sabe donde y como encontrar a los demás. Si ella lo fuera, la historia no tendría sentido. Entonces, ella realmente no sabe como salvar a las personas, a menos, claro, que sueñe con personas que ella conozca. Y aún así, es un problema.
Por el momento esto es todo. Me la pasé el miércoles muy ocupada, así que lo siento por no haber publicado ese día. Ya les traeré algo. Este es el del hoy. :P
Comenten.
lunes, 26 de mayo de 2014
Astrafobia
Sentada desde donde estaba, se apreciaba la tormenta que azotaba toda la ciudad. A algunos les gustaba, mi hermano, sin ir más lejos, cuando éramos niños disfrutaba con los sonidos que una tormenta feroz desencadenaba. Yo, sin embargo. No.
Cuando era niña sin embargo había una solución. Me iba a los brazos de mis padres durante toda la tormenta. Esto me calmaba momentáneamente, hasta que volviera a escuchar un ruido tenebrosamente cerca mío. Gritaba, lloraba, no había nada que no hiciera. Dormir era imposible. Y como si eso no hubiera sido suficiente, ambos habían fallecido en medio de una tormenta. La peor de todas.
Y ahora también se me hacía imposible conciliar el sueño. Sola en mi piso, mi terror empeoraba minuto a minuto. Apartada de los grandes ventanales, escondida en el rincón más lejano, sentada sobre el sillón de terciopelo azul e intentando mantener la compostura. Mis manos temblaban.
¿La peor parte? No gritar ni mostrar miedo. Paralizada como estaba intentaba pensar en algo distinto. Sin lograrlo.
Un rayo cayó muy cerca de mi piso, haciendo eco con los truenos. Me mordí los labios, al punto en que sangraban mientras intentaba no gritar. Y entonces, abrí el libro. Luchando por respirar, pasé las hojas con torpeza. Hasta llegar a la encantación correcta.
"Ayúdame, Céfiro... por favor..."
Pasé horas repitiendo las palabras. Manteniéndome tan firme como podía en medio de mi miedo. Y entonces, la oscuridad me llevó con ella.
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¿Alguna vez les ha caído un rayo encima? La idea dice que uno no puede sobrevivir de ser así. Bueno, yo conozco personas a las que les han llegado a caer varias veces rayos encima, y no están ni muertos ni en el record Guinness. La idea de este tema es comprender un poco más como a algunas personas les afectan las tormentas a tal punto que se paralizan por completo. Y en algunos casos, han llegado incluso a desmayarse por ello. Claro que desmayarse puede ser tan peligroso - caer en unas escaleras - como alentador - dejar de presenciar la tormenta - para quienes sufren esta fobia a la cual llaman Astrafobia, otros Brontofobia.
Sea cual sea el caso, si tanto miedo tienen, no se queden solos. Es peligroso, y es mejor no pasar peligros innecesarios. Los que tienen familiares con esta fobia, acompáñenlos, apóyenlos y ayúdenlos. Hasta donde sé, una fobia puede tratarse, manejarse incluso.
Espero que les haya gustado. Comenten.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Unión
Tú y yo. Solo uno.
Unión, paz. Respeto y amor.
Fuerza y sentimiento, la unión nos hará iguales.
Honrando la vida, la tierra y lo que nos rodea.
Apreciando el estar presente en medio del tiempo.
Trayendo la vida, respetando esta misma y a su razón de ser.
Ver donde no hay. Crear de la nada.
Fuego y cenizas.
Muerte, vida y resurrección.
Cuando me una de nuevo, seré polvo y aire.
Dejarán de tener sentido para ti y para mi,
a su debido momento, las bellezas materiales del humano.
No esperemos sentados o temerosos por la eternidad.
Grabando nuestro nombre en piedra, solo de merecerlo.
Trascenderemos a la historia de la historia.
Pero antes de ello, hablar y ser escuchados.
Escuchar y dejar hablar, será primordial.
Como piezas de reloj, así debe funcionar la vida misma.
Sin dejarnos llevar por el humo o la razón.
Equilibrando ante todo la balanza.
Buscando justicia y comprensión.
Y uniéndonos al final como ejercito tras el nombre del amor.
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Esta redacción es una reflexión acerca de la vida misma. El mensaje que lleva es sobre la unión, la conexión que se pierde con frecuencia entre todos los humanos. No pretende ser un texto religioso, solo es mi propia idea sobre el mensaje de la Mujer Búfalo Blanco. Sí, este texto está inspirado en la Mujer Búfalo Blanco de los nativos americanos. La leyenda cuenta que ella fue quien les reveló los secretos de la pipa de la paz. Espero que lo hayan disfrutado.
lunes, 19 de mayo de 2014
Caja de Recuerdos
Hoy abrí una caja de recuerdos.
Y mi propia máquina del tiempo.
Es tan curioso, lo que pensamos que puede ser o no valioso.
En esa caja, había una muñeca, desmejorada por el paso del tiempo. Recuerdo exactamente que me la dio una tía poco antes de morir. El oso de peluche de mi infancia. Lleno de polvo. Pero que con amor guardo. Me lo dio mi padre.
Un montón de cartas nunca enviadas a ese chico que tanto me gustaba.
Por cobardía, quizás.
Me pongo sensible cuando encuentro aquella foto con mis viejas amigas. Las tengo olvidadas. Y algunas ya no son amigas mías.
Mi primer ramo de rosas, ahora marchito por el tiempo, lo saco con cuidado y ternura. Aquella medalla ganada en el concurso de patinaje artístico. Recuerdo todas las caídas que me llevaron a lograr la coreografía perfecta.
Mi foto a los tres años, sosteniendo la mano de mi madre al frente de la casa.
Tengo que respirar.
Las lagrimas ahora no paran de salir, cuando llego al fondo de la caja.
Allí está. La foto de él.
La persona a quien sigo amando aún.
Mirando hacia atrás, rodeada por mis recuerdos, con mis manos tocándolos, miro al espejo de la pared.
Vieja y canosa, he vivido bien. He tenido una maravillosa vida. Dulce cuando así tenía que ser. Amarga en los momentos correctos. A veces quizá muy dura. Pero he aprendido lo debido. Estoy en paz.
Con cuidado, regreso todo a la caja. Y la guardo allí, donde sé que algún día alguien la encontrará.
Tal vez, espero, sea mi hija.
Por hoy, estoy en paz.
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Pues, aquí la historia de hoy, lunes. No esperaba que me saliera tan melancólica. Pero... bueno, espero que les guste. La idea de estas dos historias, es mandarles un mensaje importante. Vivir. El tiempo no espera. Nunca espera.
Encadenada
A veces me siento atada.
En medio de la oscuridad o en la soledad de un paraje.
Observada.
Estudiada a fondo, como si de una rata de laboratorio se tratara.
Aterrorizada por los porqués, los cómos, cuando y donde.
Sobreviviendo con las criticas, burlas, comentarios...
Desgarrada entre hacer lo que está bien y lo que yo quiero.
Desesperada por una salida en medio de este laberinto.
Sola en un mundo de personas.
Encadenada.
Bailando sin máscara en una fiesta de disfraces.
Siendo ignorada antes de terminar la broma.
Usando el vestido equivocado en la fiesta correcta.
Viviendo de ilusiones y no de realidades.
Pues bien, basta ya.
No importa lo que digan.
O al menos, intentaré que no me importe más.
Voy a vivir.
Disfrutar, reír y llorar.
Intentaré no odiar lo malo.
Amar todo. Y por sobre todas las cosas, aceptarlo.
Aceptar que cometo errores.
Algunos grandes y otros pequeños.
Que soy bonita aunque no lo crea.
Aceptar que me tropiezo, como cualquiera.
Pero mantengo la mirada en el cielo,
Estoy abriendo mis alas.
Tengo el corazón destrozado...
Sufro a menudo.
Pero hay una luz.
No he perdido mi rumbo,
No pierdo la llave.
Ni la esperanza.
Estoy encadenada, liberándome.
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Este es el del viernes, se los iba a traer ese día pero tuve una emergencia familiar. Espero que les guste.
jueves, 15 de mayo de 2014
Sospechas
Dejé el estacionamiento, recargándome contra la pared del instituto, reprochándome a mi misma por llegar tarde al primer periodo. Había dormido mal, de nuevo. Y no era como si mejorara cada vez que cerraba los ojos. Necesitaba un respiro. ¿Pero cuando tener un respiro si tú eres la Bruja del Año? Mejor aún, ¿Cómo tenerlo? Porque yo pagaría casi cualquier cosa por ser como mi hermano Josh y dejar mis poderes colgados. Pero no podía. Gracias Josh. De nuevo. Por arruinarme la vida.
La campana sonó fuerte y claro anunciando el descanso entre los periodos y el cambio de clase. Mientras me apresuraba para coger mis cosas y unirme a los alumnos observé a Trent bajar del auto. No pensándolo dos veces me oculté entre los arbustos antes de que él pudiera verme siquiera. Desde mi posición le observé hasta que desapareció entre los pasillos del instituto. Y solo entonces me acerqué a su auto. Tenía que saberlo.
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Bien, pues es Cassie, de nuevo. Y perdonen por no escribir ayer. Nos vemos mañana. ¿Qué tienen planeado para el fin de semana? :P
lunes, 12 de mayo de 2014
Sobre nosotros
Porque esto no es un adiós, me dijiste. Porque se trata de nosotros.
Sobre esa vez que tomamos el último boleto de tren sin saber nuestro destino.
Sobre ese momento en medio de la lluvia, cuando me besaste sin razón aparente y luego me pediste un para siempre.
Sobre esa vez que me dijiste mientras yo lloraba que olvidar era un insulto. Porque recordarlo es seguir perteneciendo o siendo quienes somos.
Sobre ese baile en medio de la nada aún sin música.
Sobre esa carta que tantas veces te pedí que hicieras. Solo para enterarme que tenías mi buzón saturado con miles de ellas. Por esa vez que llenaste mi cuarto de mis flores favoritas, o que en mi cumpleaños pasamos una noche bajo las estrellas.
Por eso te dedico estas líneas, para que sepas que no he olvidado. Sigo viviendo. Sintiendo, amando, recordando. Y esperando.
Porque sigo esperando tu regreso para formar un final que diga que estaremos juntos. Por y para siempre.
Por nosotros.
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Bien, teóricamente es martes. Sí, no tengo excusa. Solo me olvidé, curioso, pero ya la tenía y se me pasaron las horas. Entonces, esta historia es sobre una chica escribiéndole a su prometido. Él fue reclutado para la guerra y ella está desesperada así que le escribe esto.
Si bien él lo lee, ellos no podrán estar juntos jamás. Porque... bueno, ella muere.
sábado, 10 de mayo de 2014
Un pequeño Haikú.
Sal pequeño, sal 5
Ven a jugar conmigo 7
Y contaré mil. 5
Sal, contaré 5
Mil grullas hasta el fin. 7
Se cumplirá uno. 5
Ahora sal ya. 5
Y tú corazón solo 7
Un deseo tendrá. 5
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Bien, los haikús siempre me han costado trabajo. Este no ha sido la excepción. Le he dejado los números. Si me he equivocado cuentan con el derecho de corregirme. Ahora las reglas básicas de un haikú es que no debe rimar, y que deben ser 3 versos de 5-7-5 silabas cada línea.
Sin embargo, pese a ser tan pequeños como un respiro suelen costarme tanto como los 140 caracteres en Twitter. Me despido de ustedes, este es el del viernes. Nos vemos el lunes.
¿Les gustan los Haikús?
Consejos de una amiga.
Si alguna vez has abierto los ojos tras un adiós que fue hace media hora y te has dado cuenta de que ahora es demasiado tarde para pedirle que no se vaya, esto es para ti.
Si bien es cierto que
"si vuelve es para ti, si no, nunca lo fue", nada más alejado de la
realidad sería decirlo, cuando tú misma has provocado que se fuera. Algunas
veces podemos ser medio obtusas y no darnos cuenta de que podemos tener frente
a nuestros ojos a la persona tan esperada por nosotras.
Pero es la emoción y
no la razón la que mueve al mundo, es por ello que tratamos con frecuencia, de
huir de aquello que nos intimida o nos asusta. Tal vez sea por el hecho de no
sentirnos preparadas para recibirlo pese a estarlo. Por eso creo que es
conveniente abrir los ojos y darse cuenta antes... puede que estes dejando
escapar al hombre de tu vida y no te des cuenta, hasta tres meses más tarde.
¿Cómo distinguir si es
el hombre de tu vida?
Porque es el único...
El único que soportará
mil veces un no, antes de que huyas. Y más tarde te atrapará cuando caigas. Te
salvará de los problemas, te ayudará cuando no puedas hacer algo. Te hará reír
cuando estés triste, estará feliz de tus logros. Te consolará en tus derrotas y
pérdidas. Será soñado exactamente como tú quieres. Tal vez no en forma física,
sino emocional y espiritual. Te dirá que eres especial - aunque no confiese que
lo eres para él - querrá pasar más tiempo contigo... y tú probablemente lo
dejes ir.
Te dirá lo que quieres oír, pero no confesará
su amor a menos que le muestres que le quieres. Los hombres por naturaleza,
cuando se enamoran son muy tímidos y se asustan. Aún más que una mujer, échale
una mano si realmente crees que él lo vale.
Recuerda. Un hombre
sincero, no dirá fácilmente te quiero, pero si en verdad es así. Te lo
demostrará de mil maneras, solo no lo pierdas por estar soñando con príncipes
azules.
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Sí, bien. Estoy enferma. En estos días me ha agarrado una gripe primaveral de perros. Así que les pongo esta pequeña historia. Trata de una carta de consejos que le escribe una amiga a otra hablando sobre el amor. Este es por el miércoles. :P Los quiero.
lunes, 5 de mayo de 2014
Conspiración Vampírica
Entre la sombra y la luz, en medio de la oscuridad, en algún
lugar que desde luego yo no conocía, escuché algo, que en definitiva no debía.
“Mauro aún no es el rey de los vampiros. Busquemos a Heath”
Escuché yo asombrada y horrorizada a partes iguales. Mauro estaba en problemas…
y eso fue todo lo que pude pensar antes de que algo me sacara bruscamente del
sueño.
Lo siguiente que supe fue estar tendida sobre mi cama, en mi
cuarto. En medio de la noche. Y entonces, aún entonces, podía aun recordar
fragmentos del sueño. Yo no siempre era capaz de recordar todo y mucho menos
todos los detalles de mis sueños. Por ello anotaba todo lo que podía en mi
pequeño cuaderno azul, donde todo lo que podía recordar era anotado a la perfección.
La portada de este era sencilla y solo contenía mi nombre bordado en plata. Lo
cogí mientras escribía a toda prisa. Mauro corría peligro. Si no lograba o no
podía ser coronado rey, moriría. Sacrificado por los suyos. Asesinado. Y eso
era todo lo que podía saber. Eso y que había escuchado por alguna razón una
conspiración para matar a Mauro, acabar con el reinado actual e imponer a Heath como rey vampiro. Tenía que encontrarlo. Debía encontrar a
Mauro. A un vampiro. Genial. Sencillamente genial. ¿Cómo se suponía que hiciera
eso? Por alguna razón no creí que Mauro fuera simplemente a encontrarse entre
las respuestas de Google. Suspiré frustrada mientras golpeaba rítmicamente con
la plumilla sobre el cuaderno azul. No era la primera vez que nadie me creía
respecto a mis sueños, ni tampoco la primera que no podía ayudar. Y seguramente
no sería la última. Miré hacia la ventana sin ver nada en realidad.
Fuera quien fuera, incluso si realmente era el jefe de los
vampiros o el futuro jefe, Mauro se encontraba solo en esto. Yo no podría
ayudarle.
Y eso me volvía loca. No sabía que me desesperaba más. Pero,
como dije, no sería ni la primera ni la última vez que soñara algo que se
suponía, no debía ver.
“Deseo, de todo corazón que lo logres. Mauro. ” Suspiré
resignada. Y sin más, guarde el cuadernillo y me volví a dormir.
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Pues hola de nuevo a todos. Muchas gracias por leerme. He vuelto, como siempre. Ahora, respecto a la historia, Es Cassie. Sí. Es un personaje muy interesante, claro, aunque sea como una hija mía x) en fin. No puedo decirles mucho de Cassie, solo lo que ella dice en cada entrada. Porque si revelo el gran secreto de ella entonces su historia no tendría mucho chiste. Sí, Cassie tiene un gran secreto. De todos modos, ojalá les guste esta pequeña entrada, con Cassie de vuelta.
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Pues hola de nuevo a todos. Muchas gracias por leerme. He vuelto, como siempre. Ahora, respecto a la historia, Es Cassie. Sí. Es un personaje muy interesante, claro, aunque sea como una hija mía x) en fin. No puedo decirles mucho de Cassie, solo lo que ella dice en cada entrada. Porque si revelo el gran secreto de ella entonces su historia no tendría mucho chiste. Sí, Cassie tiene un gran secreto. De todos modos, ojalá les guste esta pequeña entrada, con Cassie de vuelta.
jueves, 1 de mayo de 2014
Té para dos
Muchas veces he tomado el té. Sí, al vivir en Inglaterra un tiempo es una de las experiencias con las que me he quedado y de las que cuando menos una vez a la semana acostumbro a crear una fiesta de té. Se ha vuelto casi religiosa entre mis conocidos. Quienes esperan con ansias mis tartas, panqueques y demás bocadillos. Si bien, incluso es una experiencia que no he abandonado, si se vio relegada a un segundo plano al llegar a Nueva York. Donde como neoyorkina he pasado al café. A diario.
Y aún así, jamás olvidaré esa tarde de té. Cuando la tarde comenzaba a caer aun más de lo que ya, y daba paso a la noche. La lluvia comenzó a golpear con fuerza sobre el tejado. Mientras recogía la mesa y cuando ya todos los invitados se habían marchado. Apareció él, entrando sin invitación casi. Pero quedándose en la entrada. Sin duda esperando a que pasara la lluvia. Me asustó. Y en medio de ello di un traspiés tirando unas tazas de porcelana. Él se dio la vuelta.
- Lo lamento. Quiero decir, meterme de este modo. La lluvia... - Intentó excusarse él mientras se acercaba a ayudarme.
- Tiene usted suerte de que no haya sido mi mejor juego de tazas.- Dije gruñendo. Y le aparté de un manotazo.
- ¿Tuvo una fiesta? - Dijo prácticamente apartándose. Sonreí con pesadez.
- Por supuesto. Y llega tarde. Demasiado. - Dije aún molesta. Él sin embargo en vez de amedrentarse, me sonrió.
- No sabía que había estado esperándome, de haberlo sabido, hubiera llegado antes.- Dijo. Y entonces lo miré.
- Aún queda té.- Dije al mirarle chorreando en medio de mi sala.
- ¿Usará su mejor juego?
- No.- Respondí mientras lo veía fijamente. Él agitó la cabeza, como si se sintiera decepcionado. Y añadí.- Tendrá que ganarse el privilegio.
El sonrió. Y así, tras cambiarse las ropas con algunas que tenía por allí y medio improvisando, mientras yo preparaba una segunda ronda, fue como encontré esa tarde en medio de la lluvia, una buena platica y un amigo.
Y aún así, jamás olvidaré esa tarde de té. Cuando la tarde comenzaba a caer aun más de lo que ya, y daba paso a la noche. La lluvia comenzó a golpear con fuerza sobre el tejado. Mientras recogía la mesa y cuando ya todos los invitados se habían marchado. Apareció él, entrando sin invitación casi. Pero quedándose en la entrada. Sin duda esperando a que pasara la lluvia. Me asustó. Y en medio de ello di un traspiés tirando unas tazas de porcelana. Él se dio la vuelta.
- Lo lamento. Quiero decir, meterme de este modo. La lluvia... - Intentó excusarse él mientras se acercaba a ayudarme.
- Tiene usted suerte de que no haya sido mi mejor juego de tazas.- Dije gruñendo. Y le aparté de un manotazo.
- ¿Tuvo una fiesta? - Dijo prácticamente apartándose. Sonreí con pesadez.
- Por supuesto. Y llega tarde. Demasiado. - Dije aún molesta. Él sin embargo en vez de amedrentarse, me sonrió.
- No sabía que había estado esperándome, de haberlo sabido, hubiera llegado antes.- Dijo. Y entonces lo miré.
- Aún queda té.- Dije al mirarle chorreando en medio de mi sala.
- ¿Usará su mejor juego?
- No.- Respondí mientras lo veía fijamente. Él agitó la cabeza, como si se sintiera decepcionado. Y añadí.- Tendrá que ganarse el privilegio.
El sonrió. Y así, tras cambiarse las ropas con algunas que tenía por allí y medio improvisando, mientras yo preparaba una segunda ronda, fue como encontré esa tarde en medio de la lluvia, una buena platica y un amigo.
Hocus Pocus - Capitulo 3
Capitulo 3.
Furia
La furia es mas difícil de combatir cuando es ciega. La furia es mucho mas
difícil de combatir cuando se esta bajo un embrujo.
- Siempre he pensado que era probable que ese par estuvieran enamorados.- Dijo Bess molesta.
- Solo es un encaprichamiento temporal, podemos quitarles eso.- Afirmó Alex.
- ¿Pero como?.- Dijo Cass quien estaba encaprichada con la idea de tener una mascota.
- Ya veremos, primero tenemos que tenderles una trampa.- Dijo sonriendo Nate.
- ¿Pero es que no lo han visto? Esta hechizado por esa bruja… la mira con devoción y con una mezcla de ironía, no se ese modo que tiene de mirarla y protegerla, y ella hace como si no se diera por enterada.- Dijo Bess furiosa.
- Bueno Bess, te prometo que lo tendrás en cuanto podamos ponerle las manos encima.- Dijo Henry.
- Bien, entonces, la primera en caer será la pequeña.- Dijo Nate.
- Yo preferiría que fuera un cristal.- Dijo Henry frunciendo el ceño. Bess rugió.
- No, yo tengo un plan… ya verán… algo mucho mejor.- Dijo ella de un modo que casi daba miedo mirarla. Alex sonrió.
- Lo siento pero yo seré el que ponga el primer plan y después seguirán ustedes.- Dijo él.
Y así fue, Alex era el líder de los Titanes, de modo que nadie se atrevía a contrariarle. Así como nadie que no fuera Alex contrariaba a Bess. Pero volvamos con nuestros protagonistas.
En un mundo lleno de oscuridad, donde la lluvia era permanente, allí donde todo era demasiado verde para el gusto de Helena, se encontraban en una mansión oscura.
Y al estar todo tan oscuro y con los ocasionales rugidos de la tormenta que se desencadenaba afuera, los más pequeños tenían miedo no se habían atrevido a salir.
- ¿Porqué esta tan oscuro aquí?.- Preguntó Paolo molesto.
- No lo sé.- Murmuró Lizzie.
- ¿No podemos utilizar la luz de los dijes?.- Preguntó de pronto Lina con su vocecita, a quien no le agradaba la oscuridad.
- No lo sé, tal vez esa luz atraiga a los Titanes.- Dijo Georgianna, pues Lizzie les había explicado las desventajas de ello.
- Deberíamos esperar a que llegase alguien aquí.- Dijo Helena a quien la idea de meterse en la oscuridad no le atraía por mucho que no tuviera miedo a esta.
- Muy gracioso Helena, ¿Y si jamás llega nadie?.- Preguntó Matt molesto.
- Ay no me pisen.- Dijo Rose incómoda.
- Lo siento.- Murmuró Will.
- ¿Tienen hambre?.- Preguntó Georgianna.
- Sí, mucha.- Respondió Claire.
- Yo tengo un poco de frío.- Comentó Holly.
- Bueno, es que hace frío.- Dijo con voz exasperada Chris.
- Tengo una idea, vamos a esperar a que amanezca.- Dijo Rose.- Tal vez así veamos algo más.
- Me temo que el problema es que alguien cerró las cortinas.- Dijo Hugo maldiciendo por lo bajo al tropezar con un mueble para llegar a una pared.
- Pues si que serán pesadas las cortinas.- Comentó circunspecto Tom.
- No es momento para pensar en eso, tenemos que encontrar comida, agua, baño y un lugar donde podamos dormir calientitos.- Dijo Georgianna. A lo que Paolo se rió.
- Mujer, difícilmente encontraremos eso si no salimos de aquí y haremos eso más difícil si no podemos ver donde nos encontramos.- Comentó burlón. Georgianna se dio de golpes mentalmente y luego se juró para sus adentros que cuando tuviera a Paolo en su campo de visión, le regalaría un buen pellizco.
- Oh, cállate.- Dijo Helena quien encontró por pura casualidad un interruptor.
- Funciona.- Dijo casi gritando Helena. Todos la miraron molestos, ya que si había alguien en la casa no deseaban explicarle como se habían metido a su casa. Todos miran a su alrededor, sorprendidos. El lugar no se parece a nada que hayan visto antes, al menos no en persona, pero si en televisión. No solo es una mezcla de desorden, sino sencillamente como si de pronto alguien hubiera decidido mezclar color, tiempo y época, en esa habitación. Algunas partes parecían del futuro, y mientras más mirabas más descubrías. Pero al mismo tiempo otras cosas se iban borrando.
- Me parece a mi o esto es magia.- Se dijo Paolo. Matt sonrió.
- Es magia.- Dijo él.
- Sería mejor que saliéramos de aquí, no tiene buena pinta este lugar.- Dijo Georgianna quien cada vez se sentía más asustada por la idea de estar rodeada de algo que en cualquier momento pudiera arrancarte la cabeza.
- No seas aguafiestas.- Dijo André dejándose seducir por aquella música que salía de una pequeña caja de madera. Georgianna suspiró.
- No soy aguafiestas, vámonos de aquí en este instante.- Dijo ella seria, y sin pensarlo dio dos o tres pasos y pronto estaba en el aire. Pero contrariamente a lo que muchas personas harían al saber que estan seguras. Georgianna no estaba a gusto en el aire, ni mucho menos feliz de estar flotando de cabeza. Por fortuna al haber deshecho la magia anteriormente, ya no poseía aquellos hermosos vestidos que tanto le gustaban, los cuales por cierto habían decidido que el gato, los transportase. Era un gato con muchas habilidades, y una de ellas era ser una especie de maleta sobrenatural. El caso era que ahora Georgianna tenía sus pantalones de mezclilla y la misma ropa que antes, solo que limpia.
- Mira, estas volando.- Dijo Lizzie y sin pensarlo quiso intentarlo también de modo que se paró de cabeza y comenzó a flotar dando círculos por toda la habitación. Lina vio el sillón que estaba cerca y se acercó al pequeño osito de felpa que de pronto ante la horrorizada G, se transformó en un oso gigante de felpa que tomó a Lina en brazos y la acunó, haciéndola dormir.
- Esto no es divertido.- Se dijo G. Paolo en cambio tomó un libro del que salió un caballero con todo y espada y le comenzó a retar a un duelo.
- En garde!.- Dijo Paolo.
Georgianna a reído por lo bajo pero luego trató de concentrarse en la forma
de salir de allí. Mientras cada uno vivía su aventura. Claire en una misión
importante de espionaje, Paolo y el esgrima, André y la caja de música, Lizzie
y el vuelo con hadas y pájaros. Holly y Rose en una especie de cita de té y
libros, enfocadas en el estilo inglés.
Matt y Will en el ejercito. Hugo y Chris en sus conciertos de rock con
la banda. Lina y el oso dormilón. Helena y sus pasarelas de moda. Tom y
Georgianna al parecer eran lo únicos que habían conseguido ver las visiones de
los otros y mantenerse cuerdos.
Ambos estaban pensando en como deshacer el embrujo cuando a Georgianna se
le apareció como el gato en Alicia, un muchacho mayor que ella. De haberse
podido caer del susto, lo hubiera hecho.
- Difícil ¿No?.- Pregunta el chico. Ella no sonríe.
- ¿Qué es difícil? Esta casa esta encantada, me temo que permaneceremos atrapados de este modo hasta que encontremos la salida.- Refunfuña Georgie. El chico sonríe de forma atractiva.
- ¿Cual es tú nombre?.- Pregunta él.
- Georgianna Hale.- Dijo presentándose y tendiendo la mano, a lo que él responde besándosela. Esto último hace sonrojar a Georgie.
- Un placer, me temo que soy muy transparente, en esta habitación no se nota, pero por lo general las personas no pueden verme.- Dijo él.
- ¿Porqué?
- Esta es la sala de las ilusiones, todos tus deseos pueden hacerse realidad aquí, pero fuera de esta sala, la realidad es otra, a veces me gusta fingir que existo. Así como a otras les gusta fingir lo contrario.- Contestó él.
- Bueno, no entiendo nada de lo que me dices, pero ¿Cómo puedo salir de aquí?.- Dijo ella aún volando, esta vez de cabeza.
- Depende de a donde quieras ir.- Contestó él. Ella frunció el ceño pensando unos momentos.
- No importa a donde, solo quiero salir de aquí.- Dijo Georgie.
- Entonces no importa el camino que tomes.- Dijo él. Ella le arrojó de pronto una bola de hule. Y al siguiente segundo él le lazó otra. De prono un montón de bolas de hule estaban por todo el lugar. Pero ninguno de los dos le lanzo más pelotas al otro, bueno, G lo hizo. Pero él la esquivó.
- Para empezar quiero bajar de aquí. Segunda, quiero salir de aquí, con todos ellos, en tercera deseo que me expliques donde estamos y por último, ¿Quién eres tú? Y no me respondas con una frase de aquellas porque no respondo a mis actos.- Dijo Georgianna frunciendo el ceño.
- Soy Nathaniel, llámame Nate, toma mi mano, así todo volverá a la normalidad.- Dijo él extendiendo él brazo. Ella lo miró con un poco de recelo.- Esta bien, no muerdo, lo prometo.
Ella tomó su mano y él sonrió, pronto todo volvió a ser como antes. Y con
ello el interruptor se apagó.
- Tómense de las manos y salgamos de aquí.- Dijo Nate sin soltar la mano de Georgianna. Georgianna vaciló, pero luego asintió.
- Hagámoslo.- Dijo G y de pronto todos habían salido del cuarto volando.
Afuera había luz. Pero no el tipo de luz que esperarías que hubiera tras
haber salido del cine en un día soleado, más bien todo estaba nublado. El
pasillo al que habían salido estaba cubierto de cristal, de modo que se podía
ver alrededor todo el paisaje. Un paraje cubierto de árboles rodeaba el lago y
este a su vez rodeaba el lugar donde estaban metidos. Y hubiera sido un paisaje
maravilloso si hubiese estado cubierto de sol y flores. O al menos eso fue lo
que pensó Georgianna al salir.
El chico tenía una mirada calmada y estaba posado en uno de los muchos
enormes ¿pilares?--- que había alrededor. Pese a ser un pasillo la estancia era
muy amplia.
- Al fin hemos salido.- Dijo Tom sonriente.- Eres un genio G.
- Yo no he sido, ha sido Nate.- Dijo esta señalando a donde Nate estaba.
- G, allí no hay nadie.- Dijeron Matt y Paolo al unísono. Georgie volvió a mirar. Él seguía allí con su sonrisa, burlándose de lo que ocurría frente suyo.
- Sí puedes verme fuera de la sala de Ilusiones, significa que tienes más poder del que esperaba.- Murmuró para si Nate.
- Pero… es que esta allí.- Dijo Georgie.
- Paolo, creo que no se siente bien.- Dijo Lizzie mirando a G con preocupación. Georgie entendió al instante, que nada de lo que dijera o hiciera iba a cambiar. De modo que haciendo uso de toda la dignidad que le fue posible se apartó de Elizabeth molesta.
- Estoy perfectamente bien gracias.- Dijo ella viendo como Lina aún dormía pero en vez de los brazos de un oso de felpa descansaba tranquilamente en los brazos de Chris.- Ya no veo nada que sea de preocuparse.
- Muy bien, entonces, ¿Hacia donde iremos?.- Preguntó André a Paolo. Este sonrió.
- Busquemos en este lugar un sitio para dormir.- Dijo él. Georgianna miró a Nate y este le sonrió, entendiendo el mudo mensaje que trataba de darle, de modo que le hizo una seña para que le siguiera.
- No hay de que preocuparse ellos no me escuchan.- Dijo Nate de pronto apareciendo a su lado.- Ni me ven.
- ¿Porqué?.- Preguntó curiosa Georgie.
- Ya lo verás, esta noche.- Dijo él sonriendo. Ella, ella no tenía ni idea de en lo que se metía. Él, él la llevaba paciente, sonriendo y directo a la tumba.
Nadie pareció darse cuenta de la conversación que mantenía Georgianna con
nuestro invisible y buen amigo. Nadie
pareció darse cuenta de que Georgianna cada vez se hallaba más y más cautivada
por aquel ser de noche.
- ¿Qué eres?.- Murmuró aquella noche Georgianna, justo antes de caer en un profundo sueño. Nate sonrió y sin que la chica oyera, para si mismo murmuró.
- Tú mejor sueño, y su peor pesadilla.- Dijo mirando al mayor de los Wellington con burla. Paolo mientras tanto, sonrió, inconsciente del cruel y dramático destino que pronto le esperaba. Sin saber de la amenaza que tan cercana era y que no solo a él afectaría.
A lo lejos el líder de los titanes sonrió. El espejo de Bruja que habían robado sus antepasados hacia dos
décadas, había funcionado a la perfección. Podía ver desde allí a Nate cumplir
su trabajo. Lentamente la Noche caía sobre la Tierra, lentamente harían salir a
la Luz.
- Donde hay Oscuridad,
la Luz tarde o temprano hará su aparición y la Noche estará al acecho, lista para
capturarla.- Dijo con autoridad Alex, nadie se atrevió a interrumpirlo.
Bess, Henry y Cass se miraron entre
sí. Alex sonrió y miró el fuego con una nota clara de superioridad y desprecio.
Luego su rostro mudó y volvió a sonreír, indiferente. Tomó un puñado de tierra
húmeda y lo arrojó a este. Y luego, todo fue oscuridad.
Fin de la
primera parte.
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Pues ya estamos, ojalá hayan disfrutado de la historia. La primera parte queda muy interesante ¿No? Feliz fin de semana por adelantado.
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