A veces me siento atada.
En medio de la oscuridad o en la soledad de un paraje.
Observada.
Estudiada a fondo, como si de una rata de laboratorio se tratara.
Aterrorizada por los porqués, los cómos, cuando y donde.
Sobreviviendo con las criticas, burlas, comentarios...
Desgarrada entre hacer lo que está bien y lo que yo quiero.
Desesperada por una salida en medio de este laberinto.
Sola en un mundo de personas.
Encadenada.
Bailando sin máscara en una fiesta de disfraces.
Siendo ignorada antes de terminar la broma.
Usando el vestido equivocado en la fiesta correcta.
Viviendo de ilusiones y no de realidades.
Pues bien, basta ya.
No importa lo que digan.
O al menos, intentaré que no me importe más.
Voy a vivir.
Disfrutar, reír y llorar.
Intentaré no odiar lo malo.
Amar todo. Y por sobre todas las cosas, aceptarlo.
Aceptar que cometo errores.
Algunos grandes y otros pequeños.
Que soy bonita aunque no lo crea.
Aceptar que me tropiezo, como cualquiera.
Pero mantengo la mirada en el cielo,
Estoy abriendo mis alas.
Tengo el corazón destrozado...
Sufro a menudo.
Pero hay una luz.
No he perdido mi rumbo,
No pierdo la llave.
Ni la esperanza.
Estoy encadenada, liberándome.
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Este es el del viernes, se los iba a traer ese día pero tuve una emergencia familiar. Espero que les guste.

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