viernes, 5 de septiembre de 2014

Escribiendo, tecleando...

En estos días no he publicado. Digo, por si nadie se ha dado cuenta de ello. Lo cierto es que tenía planeado terminar un libro para poder entrar a un concurso de literatura. Se preguntarán ¿Qué ocurrió? Bueno, no ocurrió nada. Me ha estado costando terminar el dichoso libro. Lo que implica que no podré terminarlo a tiempo para el concurso. Sin embargo, estoy apresurándome para poder terminar mi octava (sí, ya es el octavo) historia del año. Aunque en teoría, no son libros grandes, una de ellas como saben es un montón de historias, otro son pensamientos míos y otras son novelas cortas. Esta historia es un poco más grande. Lo que me está exigiendo en sí no es otra cosa sino que la historia la comencé cuando era aún una niña. Terminarla, desde el mismo punto y con una narración en la que no se note demasiado el paso del tiempo, ha sido y está resultándome todo un reto.

Sin embargo, no me daré por vencida. Estoy totalmente convencida de que lo puedo lograr. Por el momento no escribiré tan a menudo como suelo hacerlo. Pero será solo temporal. Espero que lo entiendan. Esta historia está exigiendo bastante de mi capacidad como escritora. Los quiero mucho. Y gracias por su comprensión.

viernes, 22 de agosto de 2014

Una historia con diccionario


Contubernal.
Del lat. Contubernalis. M. ant. Habitante con otro en un mismo alojamiento. Camaradas.

Quizás yo difiera, pues a mí ese trato que tiene Darren para con los demás no me agrada demasiado. Aunque para ser honesta, él no me agrada demasiado de ningún modo. No obstante, a la mayoría parece agradarles el hecho de poseer cierta camaradería con él. Quizá sea por convivir durante más de siete horas con él, o quizás sea esa actitud que tiene de hacerte sentir especial o incluido. Supongo que aprecio eso, aún si yo no le considero a él como mi contubernal.





Encomiable.
Adj. Digno de encomio o alabanza.



Sin embargo encuentro digno de encomio lo que hace cada vez que alguien necesita ayuda. Como aquella chica a la cual se le transparentaba el vestido mojado por el agua de fresa. Él colocó su chaqueta encima de ella, aún si con eso esta misma se mojaba o se manchaba. Puedo admitir, que no todos hacen eso, ni menos aún por las fechas. Es curioso sin embargo, como puedo encontrarle siendo un perfecto caballero la mayor parte del tiempo y que tan solo en unos instantes sea totalmente lo opuesto.




Egotismo.
Adjetivo. Perteneciente o relativo al egotismo. U.t.c.s. del Griego. Egotism. 1. Prurito de hablar de si mismo. M.  2. M. Psicología. (Psicol) Sentimiento exagerado de la propia personalidad.

A pesar de ser agradable, popular y - aunque me pese - atractivo físicamente, debo añadir, no es egotista, aún si eso finge cuando estoy en frente de él. Y sé que finge, pues lo he visto y le he observado, de ningún modo habla solo de sí. Y lo que es más escucha con atención a los que lo rodean, impacientes por contarle algo sobre ellos.  Así es como eso y su caballerosidad o complejo de súper héroe y así quieren llamarlo, lo datan como el tío menos egocéntrico que haya yo conocido jamás.




Contumaz.
Adj. Obstinadamente opuesto a la autoridad. Tercamente perverso. Rebelde.




Por supuesto, también es loable que siendo tan contumaz mantenga tan altas calificaciones en su boleta. Cualquiera pensaría que ser rebelde y aplicado no irían juntos en absoluto. Y sin embargo solo hace falta mirarle para notar que aún si, eso implica alborotar y crear desastres por todos lados es él siempre quien responsablemente asume los platos rotos por él y muchas veces incluso, por los demás. De ese modo, digo yo, ser rebelde o terco no implica necesariamente un problema serio, siempre y cuando se asuman los cargos por sus actos tal y como Darren lo hace.




Execrable.
Tr. Condenar y maldecir, vituperar o reprobar severamente.

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Pero, no todo es tan perfecto como él quisiera, pues al menos desde mi punto de vista - que probablemente no sea compartido por las demás féminas del salón o el instituto - repruebo el modo en que se dirige a las demás y las deja con la ilusión o la esperanza de ser ellas la chica especial para él.




Diferir.
 Intr. Del latin, differre. Que difiere de algo. Que no esta de acuerdo.

 Y aún así, el que Darren  pueda diferir con los demás, ser contumaz y propugnar por sus ideales, solo hace que lo admire, aún si no estoy de acuerdo en lo que se propone ser. Pues de algún modo, por alguna razón me gustaría decir que aplaudo su inteligencia, ya que es eso lo que le distingue del resto. Y estoy casi segura, de que los profesores también pensarán en ello como uno de sus mejores atributos.





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Andando con tiempo escaso - ya les diré luego por qué - tengo que admitir, publicar se vuelve un reto cuando trabajas. Así que esta vez he decidido dejarles uno de mis viejos escritos. Espero que lo disfruten. La idea originalmente se me ocurrió cuando tenía que describir a un compañero de mi escuela. Debía ser original, porque todos decían exactamente lo mismo, así que cogí mi diccionario y lo hice. Obviamente este texto ya tiene su buen tiempo, pero aún así, lo colgué por aquí aunque está ligeramente modificado pero en esencia es lo mismo. Está un poco largo pero espero que lo lean y que les guste. 

lunes, 18 de agosto de 2014

Te Recordaré.

Te recordaré, aún cuando cierres esa puerta.
Aún si estás enfadado conmigo, te querré.
Sonreiré con lágrimas en los ojos,
esperaré a que vuelvas.

Te recordaré, aún a través del tiempo.
Incluso si nos separa un largo viaje.
Te recordaré.

Porque has sido algo importante,
una especie de ángel que toca corazones.
La persona que me hacía sonreír en mis peores momentos.
Ese abrazo y esa taza de café humeante.
Ese beso, esas caricias.

Te recordaré a pesar de la distancia.
A pesar de las vidas futuras, las tragedias y las alegrías.
E incluso si con el tiempo yo me destiño.
Tú permanecerás allí. En la eternidad.

Así que deja que te diga,
que te quiero y que no estarás solo nunca.
Que estaré contigo hasta el final.
Que seremos como uno.
Deja que sea yo ahora quien seque esas lágrimas.
Quien te de un abrazo.
Deja que ponga en medio de aquel marco tu recuerdo y que permanezca allí por la eternidad.
No te preocupes por el viaje, que estaré a tu lado.
Y no te preocupes por nada más.
Que mi amor es grande, pero mi memoria lo es más.

Te llevas un pedazo de mí contigo en la maleta.
Cuídalo bien.
Y mientras tanto, miraré por la ventana,
esperando a cuando vuelvas.
Y te recordaré, porque eso hacen los buenos amigos.
Mantenerte tibio, arroparte, curar tus viejas heridas de guerra.
E incluso malestares del corazón.
Pero por sobre todas las cosas, te mantienen cerca, no te olvidan.
No te abandonan.
Y te recuerdan.
Así que escucha mi promesa que yo te recordaré.
Hasta el final de los días, mi buen amigo.


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Bien, trágico. Lo cierto es que me han encontrado más fallas por corregir en aquellos manuscritos. Por el momento les dejo este pequeño escrito que trata de la partida de los seres a quienes amamos. Puede referirse a una mujer o a un hombre, a un amigo, a una madre... cualquier persona, siempre que por supuesto haya un vínculo afectivo. Espero que lo hayan disfrutado.

miércoles, 13 de agosto de 2014

¿Quién fue para mí Robin Williams?

El día de ayer no escribí, ni tampoco anteayer. Como bien saben, aunque se está volviendo una incómoda costumbre que espero erradicar pronto, no es que tenga mucha opción al estar ocupada terminando la novela que tengo ahorita entre manos. Como no se me ocurría nada en particular para el tema de ayer, les diré que y quien fue para mí Robin Williams. Así que no esperen las notas que andan rondando en estos días con la frase de "Murió Robin Williams." Porque ni si quiera la mencionaré. No estoy especulando, ni intentando entender los motivos. De algún modo, solo intento consolarme a mí misma un poco, y a todos aquellos que quieran unirse. Su muerte es algo muy triste.

Entonces, iré al grano, para mí, Mrs. Doubtfire y Bicentennial Man fueron prácticamente películas donde lloré. Y no porque fueran bonitas o fueran cómicas. Lloraba de miedo cada vez que se le salía una prótesis o que lo arreglaban  para que fuera robot o mujer al pobre actor. Así que hoy puedo reír de ello, pero aún permanece conmigo esa parte a la que no le gustan tanto esas dos películas. Quizás haya tenido mucho que ver que ambas películas las vi con poco menos de ocho a cinco años, ni si quiera puedo recordar la primera vez que lo vi actuar. Lo odiaba totalmente, era un hombre que me daba miedo. Lo veía como una especie de loco y no sabía donde meterme. Así que esas fueron películas de terror en mi infancia.

Quizás lo extraño de todo sea que a mis padres solían gustarles ambas y las veían una y otra vez mientras yo iba a mi cuarto para distraerme con otra cosa. Solo he visto Bicentennial Man una vez, y fue recién el mes pasado. Lo cierto es que es una película preciosa, independientemente de que nunca la he podido acabar de ver. Respecto a Mrs Doubtfire, fue hace tanto, que ni siquiera puedo recordar mucho. Y nunca la he intentado ver de nuevo.

Sin embargo, mientras le rehuía al actor de carne y hueso, amaba su voz y su personalidad en Aladdin con el Genio. Fue una película que vi una y otra vez sin poder cansarme jamás de ella, incluso por allí llegué a tener una historia bastante simplona pero larga de lo que haría si me lo encontrara alguna vez dentro de una lámpara de aceite. Recuerdo que escribí en mi diario sobre lo que haría de ser uno o de tener uno y que deseos pediría. Prácticamente pasé tan obsesionada con los deseos que podría obtener  como con la idea de ser Mulan. Sí, Mulan, pero eso ya es otra historia. Yo lo que quería eran esos deseos. A veces mis deseos eran peligrosos - cuando me enojaba con una amiga, mis padres o alguien más. Lo primero que deseaba era que desaparecieran de mi vista. Por fortuna para mí nunca lo cumplió, o si no, la hubiera hecho a lo lindo yo sola. Como fuera, con el tiempo dejé de creer en dibujos animados.

Y las siguientes dos películas que vi de él fueron Jumanji y Peter Pan. Para entonces él ya no me daba miedo. No más. Por el contrario, recuerdo las miles de veces que veíamos esas películas. Yo adoraba a Peter Pan. Y me encantaban las aventuras de Peter, Judy, Sara y Alan. Quizás yo estaba algo loca ahora o quizás él me contagió de su locura, pero quería un juego igual al de ellos.

Prácticamente crecí con sus películas. Sus risas, y aunque cuando era niña me hacían llorar, después lograron hacerme reír. Y sí, admitiéndolo, también llorar. Recuerdo que la siguiente película que vi de él fue Night at the Museum, y entonces su figura comenzaba a parecerme prácticamente tierna, como si hubiera algo bello y preciado en esas escenas que compartía con Ben Stiller. Un poco de magia, risas, amistad y ternura. Eso es lo que era él.

Con mi historial debería haberme asustado al ver a Robin Williams en August Rush como el malo de la historia. Sin embargo, y considerando que nunca vi sus películas en orden, en aquellos momentos lo único que me importaba era su actuación. Por mucho, logró sacarme unas sonrisas, incluso si no apareció durante la mayoría de las escenas. Especialmente cuando le dice a August que no sabe nada de música al ver sus manos.

License to Wed fue sin duda una comedia que me hizo reír, pero ese trabajo no lo tome en cuenta tanto, pues Poets Deads Society me había robado por completo. Había encontrado la película entre las miles que tenemos una noche que me tocaba ordenar y recoger la sala. Pero que me fue imposible terminar mientras me quedaba viendo hasta el final aquella película que me conmovió hasta llorar sin lágrimas. Y que me hizo pensar ciertas cosas, sobre el mundo, nuestra mortalidad, e incluso replantearme el como vivimos nuestros días. Y finalmente, al igual que Miley, me hubiera gustado conocerlo, al igual que Ellen, al igual que todos ustedes, lo conocieran en persona, o no, me siento terriblemente devastada por su muerte. Es algo que nunca me hubiera esperado. Sin embargo, por él y por quien es Robin Williams, que inspiró a miles de personas, quien logró sacar una carcajada de todos, o aquel que se robó nuestro corazón en algún momento, quien nos hizo conmovernos hasta las lagrimas, no solo por sus actuaciones, sino por su persona... merece ser nuestro héroe. Nuestro Peter Pan, nuestro capitán, incluso ser solo él es más que suficiente. Merece que lo admiremos, aún a pesar de sus defectos, y por sobre todas las cosas, que nunca lo olvidemos. Pues no muere una persona por dejar si cuerpo en sí, sino por los que dejan de recordarle.

Robin Williams nos trajo suficientes historias, quizás pocas comparadas con las que deseábamos nosotros, pero las suficientes para recordarle. Así que sí, sin duda volveré a ver sus películas, volveré a reír con él. Volveré a ver sus ocurrencias, y le recordaré por siempre. Porque eso es lo que se hace con un gran amigo. Y él tiene muchos. Le guste o no, todos seguiremos aquí, con él. E incluso si no nos poseyera, solo bastaría con ver a su familia, para saber que eso no es cierto. Por eso digo, que eso es lo que se hace con los grandes amigos, los apoyamos en las buenas y en las malas, los mantenemos con nosotros aún en la distancia. Así que hagamos eso con él. Recordémoslo, y aprendamos a vivir. Incluso si ahorita nos falta un pedazo de cielo. Eso es lo que nosotros necesitamos seguir haciendo. Porque no hay nada mejor que eso. Carpe Diem!

sábado, 9 de agosto de 2014

Reflexión: Magic Mike


Kim.

El se contorsionaba mientras lo veía a lo lejos. Inquieta por el espectáculo que daba gemí consternada. De pronto me escogió a mí. Jamás lo había hecho, pero aquella vez lo había poseído algo. Porque lo primero que hizo fue dirigirse hacia donde me encontraba. Asustada retrocedí, pero él me sujetó, llegó en tres pasos, sonreí inquieta pero evité hacer escándalo.

Había estado el tiempo suficiente en aquél lugar, observándolo, esperando a que se cansara de estar allí. Ni si quiera sabía porque había estado allí cada noche para empezar.  Pero si sabía cómo había ido yo a parar a aquel lugar. El chico me acarició la espalda, bajando a mi trasero. Entonces me colocó debajo de él y comenzó a moverse encima de mí mientras tocaba con una de sus manos mis caderas y con la otra mis senos. Era brusco. Dolía. Los gritos aumentaron mientras me mantenía impasible. Esperando por que cesara.

 Con lágrimas en los ojos esperé. Pacientemente. Y cesó. Me levanté entre los aplausos con nauseas y lo miré a los ojos. Y entonces él intentó volverme a coger, pero escapé. Afuera la noche era fría, pero ayudó a mis nauseas al apoyar mi frente contra la barra de metal. Él salió detrás de mí.
“No puedo hacer esto más.” Esas fueron mis palabras. Y él se apartó de mí como si lo hubiera quemado.
“Tú…” Comenzó él. “Dijiste que estarías conmigo.”
“Lo sé.” Murmuré. “Yo sé. Pero no puedo. Este no es mi mundo. Ni si quiera me siento cómoda con salir a bailar en medio del humo… alcohol… no es lo mío.” Solté.
“Bien. Vete. No me gustan las niñas.” Y eso fue un puñal directo a mi corazón. No lo esperé, ni si quiera volteé a verlo. Solo me fui.
 



John.
La vi en el escenario. Por primera vez en tres años. Haciendo justo aquello que tanto despreciaba. Aún cuando su cuerpo contorsionándose ante mis ojos me provocaba emociones y sensaciones que intentaba mantener encerradas desde aquella vez. Cuando lo había arruinado por completo.
“¿Es quién creo que es?” habló por todo lo alto Liam. Asentí, tenso. “Sí, es ella.”
“Bien. Ella es mía ahora.” Dijo él. Me levanté dispuesto a darle un puñetazo. Pero Liam me miró a los ojos con una furia equiparable a la mía. “Vamos afuera John.” Me dijo. Asentí, dejando por un momento de mirarla a ella. Salimos.
“Ella es mía.” Gruñí. Liam sonrió.
“Mira, la última vez tú hiciste todo por arruinarlo. Ella era una buena chica. Del estilo de las que no hacen cosas como las que acabamos de ver.” Suspiró dando un puñetazo a la pared. “Mierda hombre, ella realmente me gustaba.” Lo miré incrédulo pero no dije nada. Lo cierto era que había agotado todas mis oportunidades con ella.
“Que gane el mejor.” Dije y sin pensármelo dos veces le pegué un puñetazo y fui tras ella.



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¿Alguna vez han visto la película Magic Mike? Bien, la vi recién. No acabé de comprender bien que se proponía Channing Tatum con la película. Pero sé bien lo que yo me proponía con escribir esto. Y es más una crítica a esa sociedad, que nos moldea, nos corrompe o nos empuja muchas veces a hacer cosas que a algunos pueden gustarles - eso es discutible e incluso respetable - pero habrá quien está allí por obligación o por necesidad y es eso lo que me pongo a criticar aquí. Así que, hablemos de la historia.

La historia no estaba destinada a terminar. Para empezar está John, él vendría a ser como Mike, impulsando a la chica al lado oscuro en un principio, y luego arrepintiéndose por ello. - aún si esa parte no figura en la historia, es obvio que ha contado los años de no saber de ella. También está el hecho de que John está deseando algo más sin admitirlo.
De algún modo en la historia que nosotros no conocemos – pero nos imaginamos – es que ella fue la chica correcta. Atrapada en un mundo incorrecto. John, el chico malo, que en el fondo no lo es tanto. Y Liam, el que era ese chico correcto, que hacía todo lo incorrecto al guardar sus sentimientos por ella y permitir que John hiciera lo que hizo. Y luego, al final. Está ella… su historia, antes de él, durante y después de él. Me refiero a John, por supuesto. ¿Qué ocurrió para que ella estuviera como nudista tres años después de dejarlo de una situación similar? ¿Qué pasó después? Y varias preguntas que se quedan sin respuesta, porque en el fondo, la historia solo la planteé para hacer una ligera critica sobre la sociedad actual y no para ahondar en el tema.
De aquí en adelante creo que cada quien puede hacerlo por si solo. Y aún así, el espacio para plantearlo no sería suficiente a menos que escribiera sobre ellos. Si quieren saber la historia corta de como sería más o menos todo solo díganmelo. Y tal vez escriba sobre ello en otra entrada. Pero, solo lo haré si dejan un comentario. Ah y una última cosa, perdonen por no actualizar ayer, tenía el escrito listo como por las tres de la tarde, pero mi internet estuvo imposible y me mandaba a actualizar mi versión - solo tiene un par de meses ¿Pueden creer eso? Lo que sea. Comenten.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Leave Me Back - Faith Dante

Buenas nuevas lectores míos. He estado ausente días. Sí, lo sé. Y sí, con esfuerzos voy terminando los últimos requisitos de mis historias para traérselos al blog. Por el momento no hay nada mejor que esto. Trayéndoles el primer y el segundo capitulo de Leave Me Back. Espero que los disfruten.



Leave Me Back.
 
A dos años del trágico accidente automovilístico de Nate, donde encontraron su final sus hermanos y amigos, y siendo él el único sobreviviente, se entera de que para terminar sus días de recluso deberá volver a Italia y hacerse responsable de las empresas internacionales que su padre dejó. Renuente es así como regresa a una casa donde no es bienvenido, a un pueblo que esta escandalizado por su vida privada y se reintegra al mundo de los humanos normales. No es hasta que se reencuentra con Annabelle que se da cuenta que podría hacer mucho más que volver.
 
Annabelle es una chica decidida y con muchos secretos. Con cara de ángel, cuerpo de diosa y lengua del demonio que hace que Nate intente reconquistarla. Pero justo cuando quiere su corazón, él tendrá que enterarse que incluso alguien tan inocente como ella podría guardar hasta los secretos más oscuros y pesados.















Mi intención en esta ocasión no es más que aportar una novela de lectura ligera para pasar el rato. Espero lograrlo y que les guste la historia. Los quiere. F.D.

P.S. Pondré la portada más adelante.

jueves, 31 de julio de 2014

Sorpresa revelada

¡Hola chicos! Estoy pletórica. Creo que podría alumbrar con mi felicidad a una ciudad entera. La sorpresa de la que les hablaba ya está casi lista. Y de hecho he venido a revelárselas. Aún si tienen que esperar un poco más, pero solo un poco.


Tengo que hacer unos ajustes en ella y estará lista. Estoy tan feliz por mil cosas, pero especialmente porque todo sigue avanzando de maravilla por aquí. Para no hacerles la historia larga, les diré, tengo una nueva historia terminada. Y la publicaré pronto aquí, solo ténganme paciencia. Esa es la razón por la que he estado tan ocupada. De hecho, y siendo brutalmente honesta, he estado ocupada con eso precisamente, solo estamos empezando la segunda mitad del año pero ya tengo terminada una nueva novela, una compilación de cuentos originales - no son para niños -, tres historias cortas románticas, juntadas en lo que será una antología y una compilación de pensamientos.






Pero la historia aún no termina, estoy impaciente porque tengo otra novela, la cual me falta por terminar, ya la verán en su momento. Por ahora, solo puedo darles las gracias infinitas por seguirme leyendo, y pedirles disculpas por tardarme en mis publicaciones continuas. Estoy segura de que las historias les gustarán, o al menos, eso espero.



De todos modos, gracias, de nuevo y por todo.

martes, 29 de julio de 2014

Cuando no duele más


Desperté, asustada. Probablemente por toda la sangre y el agua que había derramados sobre el piso de mi cuarto en mi sueño. Con incomodidad me dirigí hacia el libro al lado de mi cama. Esperando el dolor en mi pecho al abrirlo y leer su nombre. 
Esperando que mi cuerpo desfalleciera. Esperando sentir aún ese golpe que me quita el aliento. La sensación de que voy a arrepentirme… pero no llega. Y el miedo se desliza a través de mí. ¿Estaré olvidando? ¿En qué momento he dejado de sentir por él? La nostalgia me invade. Pero no es más que eso. No me aterra, no me duele. No lastima. Y lo que podría ser considerado una fría indiferencia no es en realidad como tal.
Sigo aquí.
Pensando en él.

Luchando por sentirlo. Pero sus palabras ya no me queman, su negativa aunque me lastima no es insoportable ya. Sus susurros no me hacen brincar el corazón más. Y tengo miedo.  De olvidar. Porque cuando olvidas, mueres. Y esa parte, ese pedazo de él, que se quedó conmigo no debería morir.

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Entonces, este es el de ayer – hace unas horas – lo que probablemente piensen es ¿Qué es esto? Bien, explicaré. Se trata de una chica que habla por la normalidad que ha vuelto a su vida. Se trata de ella no teniendo el corazón destrozado. Es la parte en la que la protagonista – podrías ser tú – se levanta, y se da cuenta de que de nuevo todo ha vuelto  a ser como era antes. Tiene miedo, de que sea una ilusión, pero, finalmente decide.  ¿Y si lo es qué importa? Está también asustada por olvidar la experiencia que vivió. Pero no por la experiencia en sí. Sino por los errores – tiene miedo de repetirlos – y por los recuerdos – son las partes buenas de la relación, lo bueno que aprendió de todo ello – el pasado, pasado está. Y ella lo sabe mejor que nadie. Así que de eso se trata la historia. Espero que les haya gustado.

sábado, 26 de julio de 2014

Lluvia de Primavera


Parecían cristales cayendo del cielo. Brillaban con intensidad mientras observaba guardándome desde el techo, a salvo de la lluvia. Era curioso como el sol los hacía brillar con fuerza, otorgándoles el brillo de un diamante. Y entonces salí al patio. Brinqué entre los charcos, canté con fuerzas y suspiré mientras giraba, a todo ello no me importaba quien me viera. Solo estaba yo. Intentando brillar como las gotas de agua que caían una tras otra, implacables. Y entonces le vi. Un muchacho parado entre la lluvia me veía. Con la cara cubierta de rojo por la vergüenza me eché a correr hacia mi casa. Asustada en un principio cuando gritaba llamándome, y riendo después, cuando logré escapar de su mirada y persecución.

Observándolo fascinada, mirando como aún me llamaba. Y entonces me di la vuelta y entré en mi casa sin que él lo notara. Así era mi vida cuando llovía. Amaba todo eso en las lluvias suaves.  Aquellas que bajo el sol ocultaban y revelaban arcoíris por todos lados. Amaba la lluvia de primavera.


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Bien, disculpen. Esta es la del viernes. Se suponía que la traería ayer, pero me quedé pegada al monitor mientras seguía con la sorpresa que les tengo. La cual, ya está en sus fases finales. Ya falta menos. Tanto que diría que el mes que sigue se las traeré sin falta.
Entonces, espero que les guste este pequeño párrafo, tomado especialmente de uno de mis diarios y que esperen pacientemente por mis continuas faltas. Que en verdad estoy intentando terminar la sorpresa.
Feliz fin de semana.

jueves, 24 de julio de 2014

Domingo en pijama.


“Cassie…” Escuché su voz murmurando mi nombre. Mis manos se hicieron puños en medio de la oscuridad. Había sido contenida tanto tiempo… pagando las consecuencias de algo que no había hecho, de un plan que había intentado detener. Había fallado. Pero el plazo estaba llegando a su fin. Me estaban llamando, de nuevo. A mí. Y entonces abrí los ojos.

“El sello que me contenía se ha roto.” Dije desde el interior de la caverna, resonando en todos lados. “Es hora de volver al juego.”

 

“¿Cassie?” La voz de mi hermano me llamaba desde lo más lejos de mis sueños. Gruñí molesta.

“Déjame dormir Josh… hoy es domingo.” Comencé a protestar. Pero entonces me paré de inmediato, como si fuera levantada por un resorte. Mi hermano saltó espantado. Y yo reí. “No me hables, tengo que encontrar mi cuaderno azul… ¿Dónde está?” Dije revolviendo mi cuarto y poniéndolo de cabeza.

“¿Qué buscas?” dijo la voz de mi tía.

“Mi cuaderno azul.” Dije y grité cuando una pila de libros se vino encima de mí. Me protegí como pude con los brazos cubriendo mi cabeza, para al final acabar sepultada por todos ellos. “Tengo que encontrar ese cuaderno.” Dije.

“¿Por qué ese cuaderno es importante en este momento?” Dijo Trenton. Grité con la cara roja y cogí un libro para lanzarlo a su cara directamente.

“¡Vete de aquí!¡Estoy en pijama!” Trenton se burló.

“No tienes nada que no haya yo visto ya.”

“Bien.” Gruñí furiosa y azoté la puerta contra sus rostros.

De cualquier manera tenía que encontrar mi cuaderno y escribir sobre lo que había soñado. Siempre lo hacía. Y este sueño me envolvía a mí directamente. Lo que bien era extraño, pero seguramente podría ser explicado. Sacudí mi cabeza y volví a mi búsqueda.

 

Trent observó la puerta con el ceño fruncido, pero con lo que sería una media sonrisa en sus labios. En su mano sujetaba lo que claramente sería el cuaderno de Cassie el cual metió en su chaqueta sin que Josh o Lilith se dieran cuenta siquiera.

“¿Café, Trent?”

“Eso estaría bien. Gracias.”

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Cassie está en problemas. Ese cuaderno tiene cosas importantes. No debería haber caído en sus manos. Pero bueno, veamos que ocurre luego. Tenía tiempo que no escribía de Cassie. ¿No es así? Espero que les haya gustado. Nos vemos el viernes.

martes, 22 de julio de 2014

Café


La primera cosa que recuerdo, de cuando era niña, eran los desayunos del fin de semana tardíos, dos huevos, jugo de naranja para mí y café para mis padres. Mis siguientes recuerdos son quizás un tanto extraños, especialmente sobre la mañana en que tomé mi primera taza de café. Tenía ocho años y una inmensa curiosidad sobre que era aquella taza tan extraña y a que sabría. Así que cuando mi madre se fue a trabajar, yo me quedé en casa, enferma y lo primero que hice fue observarla salir, ansiosa por que se marchara. Decidida a guardar mi pequeño secreto hasta que pudiera. Y cuando por fin lo hizo, aproveché para tomar mi primera taza de café, prohibida por supuesto. Quizás no me gustó tanto, así que le habré puesto medio vaso de azúcar y leche y habré intentado tragármelo completo, como había visto que hacía mi padre.  Fracasé por completo. Tal vez incluso se lo haya echado a la planta de mi tía, completamente disgustada en aquel momento. Odiaba el café. Pero amaba tomarlo. Porque era prohibido.

Nunca se enteraron de ello. Hasta que cumplí catorce años. Para entonces, aunque aún intentaba cogerle el gusto al café no confesé que lo detestaba. Hubiera sido firmar mi sentencia. Mis amigas sin embargo, me llevaron a Starbucks por primera vez haciendo de novillos. Y quizás fue allí cuando mi amor por el café nació. Combinado con un pastel de chocolate o crema. Solía tomarlo cada fin de semana sentada en el rincón, lo que para mí era una delicia porque era el único momento en que podía disfrutar un poco de paz en mi agitada vida. Recuerdo esa vez que el café se derramó sobre mi pantalón blanco favorito justo cuando iba a salir.  O la primera vez que un chico me invitó una taza de café solo para pedirme mi número después. Y solo cuando probé lo dulce que podía ser, empecé a amar el café. Gustos adquiridos, diría yo. Quizás tanto que hoy soy bastante snob con los cafés. Lo que es una pena, porque en general no es como si existiese café del bueno colgado de los árboles para tomar o llevar gratis. De cualquier modo, mientras escribo esto, la cafetera ha acabado de hacer el café y yo estoy por dejar entrar al gato.

 

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Lo siento lo siento lo siento lo siento… ¿Son suficientes “Lo siento”? ¿No? Bueno, pues, lo siento. Estoy muy ocupada con la sorpresa que les traigo. Ya falta menos, pero créanme, valdrá totalmente la espera. Esta tarde estoy un poco ocupada, así que les traje solo un pequeño tema. Es sobre el café y los recuerdos. Una taza de café puede parecer algo común, ¿Pero qué tan común es la historia que hay detrás de ello?

¿Qué tan común es tu historia con el café si por ejemplo, conociste al amor de tu vida cuando te derramó una taza encima por accidente? ¿O cuando se cayó aquella taza de café en tus documentos más importantes?  En fin, yo tomo varias tazas de café al día y para mi es interesante conocer las historias, incluso las más extrañas. A veces todo comienza con una taza de café, incluso las amistades o los romances. Quizás aquí en este texto a lo que más me refiero es al gusto por el café, pero aún así… cada uno tiene su historia. ¿Les gusta el café a ustedes? ¿Cuántas tazas toman al día? ¿Tienen alguna historia para compartir? Una taza de café te hace a ti el protagonista de tu propia historia.

jueves, 17 de julio de 2014

Me cansé


Me cansé.

Me cansé de jugar a que puedo entenderte, de que puedo llegar y fingir que todo está bien.
De que se suponga que puedes echarme la culpa de lo mal que te sientes por las cosas que no tienen nada que ver conmigo.
Que puedas llegar con todos tus problemas y esperar a que yo sea quien los solucione. Más aún de que si algo en ese plan sale mal tenga yo que pagar los platos rotos por ti.
Me cansé de esperar a que crezcas. No necesito decirte, que tengo también mi vida, que no dispones de mi tiempo como se te venga en gana. Aún si yo hago un pequeño espacio por ti.
Me cansé de oírte quejarte de tus ex novias, novias y chicas en turno. La mayoría de ellas son unas completas psicópatas que me miran con la cara del lobo a la oveja. Me cansé de esa parte donde insultas a las chicas, solo porque se lo merezcan no significa que debas. No es correcto, ni caballeroso.
Me cansé de esperarte y sentarme preocupada a ver cuando aparecerás, ebrio, drogado, o metido en algún problema. El cual, por supuesto, se supone debo pensar en palabras de aliento e idear un plan para ayudarte.
Me cansé de ver cómo te molestas por qué crees que las personas esperan ver cosas sobre ti cuando puedo yo misma percibir la decepción en sus rostros.
Me cansé de ver como finges optimismo y repites el mismo plato todos los días. No importa, no funciona. Lo creí en verdad.
Me cansé de intentar hacernos entender, de obligarme a mi misma a no pelear o evitar ciertos temas. De no poder ser yo misma y expresarme, de perder mi identidad, de decir groserías que no estaban ni están en mi vocabulario. Se suponía, eras mi amigo.
Me cansé. Estoy cansada. Cansada de ver como sigues fingiendo ser un experto diciendo que tal o cual cosa está mal, aún cuando tú mismo admitas no saber sobre el tema. Estoy harta. Frustrada y exhausta. Así que te estoy dejando. Porque creo que ha sido suficiente.
Basta. Ya basta. Basta ya. No aguantaré ni un minuto más escuchándote.


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Bueno, evidentemente este es el del viernes. Gracias por todo de nuevo. La historia es básica. Habla de una persona dejando a otra, por una serie de circunstancias que le hacen darse cuenta de que es lo que realmente quiere o desea para él/ella, y para con el mundo. Muchas veces las personas con las que nos relacionamos a diario son malas para nosotros, y no hablo de bullying, lo que quiero decir es que hay personas que manejan más el bullying a tal nivel que ni aunque nos esforcemos - ok, tal vez con mucho esfuerzo - puedan enterarse.

Gracias de nuevo.

Ok, probablemente hoy me van a encontrar un poco cursi y lacrimosa pero es lo que hay. Así que empiezo por agradecerle a Ariel por haberse hecho mi seguidor, sé qué esto tiene un par de meses, yo solo estaba esperando sobre si esto sería definitivo o no. Entonces, gracias. De veras.


Estos días han sido un poco agitados en mi agenda, habrán notado que por lo general me he ausentado un par de días con las publicaciones. Lunes, Miércoles y Viernes. Es como debería ser, pero no siempre puedo, así que cuando eso pasa, pueden esperar mi publicación al día siguiente. Si esto no pasa, créanme, intentaré recompensarlos por ello trayendo más publicaciones. A veces estoy metida en mi mundo, preparando esta sorpresa para ustedes y simplemente me olvido de que existo. Y yo no tengo un Channing Tatum que venga a hablarme sobre la cena o el desayuno, así que... bueno.


Entonces, esta publicación es solo para agradecerles. A todos. Aunque no me sigan como Ariel, yo sé que están allí y que me leen. Gracias. Son realmente importantes para mi. Siempre pueden dejarme un comentario, un poco de ánimo, un tomate cherry... mientras no me lo lancen. Y así saber que existen como individuos y no como parte de unos ojos desconocidos. En serio, no me ofenderé si pasan y me dicen lo que piensan sobre lo que he escrito, o incluso lo que piensan directamente sobre el tema que he escrito. Pueden saltarse mi escrito y simplemente decir ""¡Hey! Yo creo que... "  o incluso pueden hablar de la música que tengo sonando en el blog.


Así que mientras ustedes se deciden a salir del anonimato o permanecer en el mismo con mensajes anónimos, yo aquí estaré escribiendo para ustedes y disfrutando de la vista. Gracias por todo.

martes, 15 de julio de 2014

Sinceridad

"La sinceridad no siempre parece necesaria, ¿No crees? Pero es útil. En cualquier término." Me dijo la voz de mi hermana. Me encogí de hombros, esperando que no notara mi creciente incomodidad. De pronto los recuerdos acudían a mi mente y los secretos parecían demasiado duros de contener.


"¿Sinceridad eh? ¿Cómo esa vez que le dijiste a esa mujer que te encantaba su sombrero? El que la hacía ver como pájaro extraño." Aclaré. La vi sonrojarse y sacudir sus mechones, su cabello era perfectamente ordenado y propio de ella. Ella era insoportablemente buena en todo. Desquiciante, en mi opinión. Perfecta, diría mamá.


Yo tenía tan solo catorce años, pero ya la veía a ella como algo demasiado difícil de igualar. Pero no importaba cuán interesante o perfecta o incluso hermosa fuera ella, yo no diría nada. No podía decirle mi secreto. Ella se lo contaría a todo el mundo, y se reiría de ello después con una taza de té mientras parloteaba con sus nuevas grandes y falsas amigas. Falsas porque una de ellas se acostaba con su novio. No era en realidad un secreto, solo mi hermana se empecinaba en decir que aquello no era cierto.


Sin embargo ella no insistió. Tomándome por sorpresa se levantó de su silla y se volvió hacia la puerta, lista para entrar en la casa.


"No importa si no quieres contármelo, esta bien. Pero no permitas que  Marc te ponga las manos encima si tú no quieres." Me dijo dejándome perpleja en el porche de la casa. Parpadeé unos segundos, lista para llorar. ¿Siempre sería así? ¿Podría algún día guardar un secreto que fuera solo mío y de nadie más? Y entonces sonreí. Todavía había algo que ella no sabía de mí. Encaminándome hacia el bosque con la mirada perdida intentando que Claire no me viera entrar en él, y una vez fuera de su radar, eché a correr. Necesitaba ver a Frances, mi pequeño secreto. Un hada entre miles. Siendo mi amiga.


Para atravesar el portal sin embargo se necesitaba valor. Y sinceridad para responder las preguntas del hada. Me planté frente al portal y esperé. Pero mi lucha fue en vano. El portal no se abrió.


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¡Feliz martes! La historia de este lunes en realidad es muy simple, cuenta con dos ideas, parecen sencillas pero en realidad son más complejas de lo necesario. Para empezar, en el momento en que la niña decide no contar siempre la verdad, se desliga del mundo mágico. Así de simple. Pierde su inocencia y se integra al mundo humano. Asi mismo, hay mentiras piadosas y mentiras grandes. O incluso verdades ocultas, verdades omitidas y medias verdades. En la sociedad en la que vivimos no se nos permite decir siempre la verdad, más bien, debemos mentir para sobrevivir. Las verdades son algo que duele, lastima y hiere a la sensibilidad de las personas. Y aún así, se considera algo valioso.


Entonces, es una historia pequeñísima. Lo sé. No la publique ayer. Lo sé también. ¡Pero! Sigo trabajando en la sorpresa. Si, lo sé, esta sorpresa ya tiene meses haciéndose, pero las mejores sorpresas toman su tiempo. Así que paciencia mis queridos polluelos. Los quiero.

viernes, 11 de julio de 2014

I hate you


Supe que algo iba mal en cuanto te vi… 
luego sentí que te perdía y no quise volver a vivir.
Supe que estabas con vida
 y me sentí de nuevo a mi misma…
Entonces supe que no me querías más a tu lado
 y me dolió terriblemente.
Te odio, por hacernos esto.
 Pero no puedo odiarte como debería.
Quizá si hubieras dicho una mala palabra…
hecho algo mal...
 Pero te despediste de mí con una sonrisa en el rostro y una promesa en los labios…
 Tu estúpida sonrisa burlona aún hoy me persigue…
Creí que me querías de vuelta en tu vida…
y entonces aquellos a los que juzgue duramente por no tener orgullo rieron de mí.
 Aquí estaba yo,
 sin orgullo.

Otra vez contigo.
 Dispuesta a seguirte hasta el final.
Debería odiarte,
 pero no consigo hacerlo
y por más que quisiera,
 debería dejar de quererte…
 mas solo puedo ver tu rostro
 y seguir sonriendo como boba,
 mientras te odio por ello.
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Esta me la he traído de una obra escolar que hice en su momento. Yo solía hacer las obras escolares de la escuela, y a veces me dejaban protagonizar una que otra. Como es una de las más viejas que pude recordar y encontrar por allí, no creo que nadie la recuerde, lo digo por si es que algún conocido la encuentra. Entonces, esto solo es un pedazo de dicha obra. Espero que les haya gustado. Como este es el del viernes, me aprovecho para decirles, ha sido y es, un gran placer contar con ustedes como lectores.  Gracias por ello. Nos vemos la próxima semana.

Tiempo Robado.

Me voy a robar el tiempo.
Ese que hace envejecer a mis abuelos y desfallecer.
El mismo que hace que mis padres me ignoren.
Que mis amigos me dejen atrás o de lado.
Ese hombre de capucha negra con ojos burlones.

Le voy a quitar su vida. Y pronto seremos todos felices.
Le ignoraremos. Lo olvidaremos.
Y entonces tendremos el tiempo en nuestras manos.
Nosotros seremos ese hombre.

Pero seremos distintos.
 Seremos más bondadosos, más amables.
 Compasivos.
Pues tendremos todo el tiempo del mundo.
Y nos sobrará cada segundo.
De ese modo, no importará si es de día o de noche,
si llueve o hace sol.
Porque nunca jamás será tarde.
Y nunca habrá escuela temprano.

Sí, me voy a robar el tiempo.
Así me mirarán al menos dos veces.
Porque lo que yo les ofrezco, es la eternidad.


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Entonces, este es el del lunes. Parece sencillo pero en realidad no lo fue tanto. Nuevamente he decidido hablar del tiempo. ¿Cuánto le hemos dedicado a nosotros, a nuestra vida? A veces siento que nos la pasamos en ese modo. Lean a Momo de Michael Ende. La idea la he sacado de allí.

miércoles, 9 de julio de 2014

Esperando

"Creo... que podría amarte." Susurré con tristeza y desesperación mientras acariciaba su rostro. Dormido como estaba me estremecí entre mis propios brazos mientras asustada me levantaba de allí y salía. Miré la estancia, decorada como solo un chico podría. Y sonreí.  La pregunta que me mataba todos los días era... ¿Él podría?

Desesperada salí al balcón a por un cigarrillo. Me había sentido tan distinta, tan insegura. Del modo que me miraba cualquiera diría que poseía sentimientos fuertes hacia mi. Tenía que admitir que no sabía porque decían que las chicas sabían antes que los hombres de que las amaban. Yo no lo sabía. O quizás, yo en el fondo no fuera un buen espécimen femenino. Sonreí mientras soltaba el humo del cigarrillo. Al ser inicios de febrero hacía un frío terrible, y aquí me encontraba yo. Medio desnuda en el balcón como si fueran mediados de agosto. Suspiré molesta sin poder despejarme la cabeza ni sacármelo del corazón.

"Podría amarlo... de veras que si. Sería tan fácil como simplemente decírselo, dejar que todo fluyera sin trabas. Si tan solo... "

¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?

"¿Qué demonios haces acá afuera? Venga metete, está como para congelarse el culo. Muévete." Dijo él jalándome hacia dentro. Lo miré y deteniéndonos dentro de la sala para calentarnos un poco supe que tenía que hacerlo.

"Me voy." Cerré mis ojos antes de echarme a llorar. Y él me sujetó contra su pecho.

"Quédate." Me pidió. Y quizás, en el fondo, yo estuviera mal por hacerlo. Pero eso hice.


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Pues bueno, allí tienen. Esta es la del lunes, esta vez debo disculparme. El sábado pasado pesqué una de esas enfermedades extrañas que suelen durar unos días, recién ando saliendo de ella, por eso no pude publicar el lunes de lo mal que me sentía. Así que, esta historia es sobre todas las veces que nos encontramos en medio de uno de esos momentos sin saber que hacer con exactitud, bueno, eso es todo por hoy. Les traigo el del día de hoy al rato. Los quiero.

Bunny Kisses

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Sean amables, comenten. Y si quieren regresar al cielo acaricien al conejito.